"¿Te he dicho alguna vez lo mucho que me gusta girarme en la cama y encontrarte durmiendo? Bueno, si no es así, te lo digo ahora. Pienso que no existe algo más bello que despertar junto a ti, sintiéndote tan mío y sintiéndome tan tuya. Me encanta mirarte hasta que despiertas y observar cómo pasas de dormir profundamente a abrir los ojos poco a poco y luego… luego me sonríes. Y me doy cuenta de todo lo que daría con tal de hacer lo mismo la mañana siguiente, y la siguiente… Me doy cuenta que no me importaría pasar los próximos 50 años de mi vida viviendo la misma escena, la misma imagen porque en cada una reencontraría la razón del por qué te adoro tanto. No me importaría, siempre y cuando sea contigo con quién se repitiera una y otra vez. Porque la vida contigo jamás podría ser rutinaria, ni aburrida…"