"No nos da risa el amor cuando llega a lo más hondo de su viaje, a lo
más alto de su vuelo: en lo más hondo, en lo más alto, nos arranca
gemidos y quejidos, voces de dolor, aunque sea jubiloso dolor, lo que
pensándolo bien nada tiene de raro, porque nacer es una alegría que
duele.
Pequeña muerte, llaman en Francia a la culminación del abrazo, que
rompiéndonos nos junta y perdiéndonos nos encuentra y acabándonos nos
empieza. Pequeña muerte, la llaman; pero grande, muy grande ha de ser,
si matándonos nos nace."
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